martes, 8 de septiembre de 2009

Editoriales mexicanas alaban beneficios del plan de libros digitalizados en Google


Sin llegar todavía a un acuerdo con los titanes editoriales en español (Santillana, Planeta y Random House Mondadori), Google dio a conocer ayer que son ya 30 mil las casas editoras en todo el mundo que han ingresado a su programa de afiliación, que permite a esa empresamostrar en Internet millones de libros digitalizados para que los cibernautas puedan hojearlos, como estar en una librería.

Se trata, explicó Marco Marinucci, gerente de alianzas estratégicas para Google Books, de un proyecto bastante complicado que se inició en 2004, pero ha ido ganando terreno pese a la controversia e incluso molestia que esa iniciativa ha causado en la industria editorial, la cual ve amenazado el negocio y los derechos de autor.

Como tener un vendedor gratuito

Mientras emporios como Microsoft, Yahoo y Amazon planean aliarse para dar la batalla al proyecto de Google, con el argumento de que se violan las leyes de competencia, algunas editoriales mexicanas alaban los beneficios que les ha traído poder contar de su lado alvendedor de libros más grande del mundo.

El Fondo de Cultura Económica (FCE), la Universidad Nacional Autónoma de México, Siglo XXI Editores, Ediciones Era, Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Limusa/Noriega, Selector, Plaza y Valdés, Ediciones Castillo y Oceáno son las principales editoriales del país que han aceptado sumarse al sueño googliano de ofrecer al mundode manera inteligente, todo el material que se ha escrito en la historia de la humanidad, añadió Marinuccio en videoconferencia de prensa.

En los países donde existe menos producción de páginas web, como es el caso de México, es en los libros impresos donde se halla la mayor información; entonces resulta estratégico agregar a la red esos contenidos locales, dijo.

Google Books tiene 500 millones de usuarios diarios, potenciales lectores, situación muy atractiva para editoriales como Siglo XXI, que padece los efectos de la crisis, dijo José María Castro, gerente de ese sello.

“Para nosotros es un gran acierto porque nos ha permitido rescatar libros que se estaban perdiendo, que sólo tenían una edición, pero que, aun siendo buenos, por cuestiones económicas no se pueden reditar.

También nos ayuda ante nuestros problemas de comercialización y el déficit de librerías que padece el país; es como tener un vendedor gratuito. De hecho, desde que entramos al proyecto de Google nos han hecho compras de países de los que nunca hubiéramos esperado.

Los libros que ya se pueden consultar mediante Google Books aparecen en cuatro modalidades, detalló Marinucci: los que están en versiones digitales completas, que se pueden descargar e imprimir, en su mayoría son del dominio público, no tienen restricciones de derechos de autor. En este rubro la meta de la empresa es colocar libros desconocidos, antiguos, incunables, esas rarezas olvidadas en alguna biblioteca.

También están los que tienen vista previa limitada, a ésos pertenecen casi todos los títulos provenientes del programa de afiliación de las editoriales. Los cibernautas sólo pueden ver 20 por ciento del contenido del libro, no se pueden imprimir ni descargar, están ahí sólo como en un escaparate, para que alguien lo descubra y revise algo del contenido.

Congreso auspiciado por el FCE

Las páginas que se muestran las eligen los propios editores y se ha llegado a un acuerdo con ellos de que se brinde al internauta la posibilidad de descargar todo el texto a precios que rondan los 10 dólares; 63 por ciento de esa cantidad sería para los autores y 37 por ciento para Google.

Una tercera categoría de vistas de libros presenta sólo fragmentos o algunas palabras del texto, con los links de las bibliotecas o librerías donde se encuentra físicamente el título. También hay una lista de libros no escaneados, donde se proporcionan sólo los datos de la ficha bibliográfica.

El precio por escanear cada libro es de entre 80 y 150 dólares, costo que en muchos casos absorbe Google, aunque depende de los convenios a los que se llegue. Los editores o autores independientes pueden enviar sus títulos y revisar los tipos de condiciones que tenemos en nuestra página web.

Según la empresa, este proyecto se está realizando con apego a las leyes editoriales que rigen en cada país.

Para debatir acerca de esta polémica iniciativa, entre otros temas, el próximo lunes se realizará en México el Congreso Internacional del Mundo del Libro, auspiciado por el FCE.