sábado, 10 de mayo de 2008

El telescopio 'Newton' halla parte de la materia perdida


El espacio de tu conciencia es tan vasto como el universo mismo. (Abel Desestress)

Las observaciones y los cálculos de los científicos indican que todo lo que se ve en el universo, todos los átomos, planetas, estrellas, gas o galaxias supone sólo el 5% de lo que debe existir. El resto es materia oscura, que no se sabe qué es, y, sobre todo, energía oscura, que tiene a los expertos aún más desconcertados. Pero de ese 5% de materia corriente, la mitad tampoco se encuentra... hasta ahora. Gracias al telescopio espacial Newton (de la Agencia Europea del Espacio, ESA), que ve el universo en rayos X, unos astrónomos han encontrado la pista de esa mitad de materia corriente, desaparecida hasta ahora. Los modelos y los cálculos ya indicaban que deberá estar en forma de filamentos gaseosos de baja densidad que formarían una colosal tela de araña en el cielo rellenando los espacios entre los grupos de galaxias, pero hasta ahora no se había detectado su presencia, informa la ESA.

La gran sensibilidad del Newton ha permitido a los científicos ver parte de una zona de gas caliente de esos filamentos. En concreto, los científicos del Instituto de Investigación Espacial (Holanda) han visto un puente de gas caliente que une dos grupos de galaxias (Abel 222 y Abel 223), situados a unos 2.300 millones de años luz de la Tierra.

"El gas caliente que vemos en este puente o filamento probablemente es la parte más densa y caliente del gas difuso de la tela de araña cósmica que se cree que constituye aproximadamente la mitad de la materia bariónica [la materia corriente conocida] del universo", ha explicado Norbert Werner, líder del equipo científico autor del descubrimiento.

Sólo el principio
Por supuesto, este hallazgo es "sólo el principio", advierte Werner: "Para entender la distribución de la materia en la tela de araña cósmica tenemos que ver más sistemas como éste; y en última instancia habría que lanzar un observatorio espacial específico para observar esa malla con sensibilidad muy superior de la que permiten los telescopios actuales. Nuestro hallazgo sirve para acotar las características requeridas de esos nuevos observatorios".

El Newton, también llamado XMM, es un telescopio lanzado al espacio por la ESA a finales de 1999, con tres detectores de rayos X y un monitor óptico, que permite hacer observaciones de alta sensibilidad de fenómenos y cuerpos celestes que emiten en alta energía. El centro científico y de control de la misión Newton está en Madrid, en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), de la ESA.

jueves, 8 de mayo de 2008

Microsoft sondea al sitio de redes sociales Facebook: diario


SEATTLE (Reuters) - Microsoft sondea el interés del sitio de redes sociales Facebook en una posible adquisición, luego de que el gigante del software estadounidense fracasó en su intento de compra de la empresa de medios de internet Yahoo, reportó el miércoles el diario Wall Street Journal.

El diario publicó en su sitio en internet 'All Things Digital' (Todo lo digital) que banqueros de Microsoft habrían enviado "señales sutiles" a Facebook, para ver si está abierta a una adquisición total.

Ni los ejecutivos de Facebook ni de Microsoft Corp pudieron ser contactados.

En octubre, Microsoft tomó una participación de 240 millones de dólares en Facebook, lo que valoró inicialmente a la empresa en 15.000 millones de dólares. El reporte citó fuentes no identificadas para afirmar que Facebook probablemente preferiría abrirse a bolsa.

La noticia se produce pocos días después de que Microsoft retiró su oferta no solicitada de compra por Yahoo Inc de 47.500 millones de dólares, en un esfuerzo por desarrollar un poderoso actor de publicidad online que se contraponga al líder del sector Google Inc.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Física cuántica contra 'hackers'


Científicos españoles ganan un proyecto de la ESA para probar la frontera en seguridad electrónica - Protegerá los satélites y el voto por Internet
El ordenador cuántico puede ser el futuro de la informática, pero también su pesadilla. Los expertos investigan nuevas tecnologías para construir ordenadores que dejarán en ridículo la capacidad de procesamiento de los actuales. Esas máquinas aprovechan las leyes de la mecánica cuántica para la computación y, en lugar de bits, se basan en algo llamado qubits.

Pero los científicos advierten de que, cuando llegue, ya no serán seguros los actuales protocolos de encriptación utilizados para proteger transacciones electrónicas y comunicaciones confidenciales en Internet, porque un ordenador tan potente solucionaría las inabordables operaciones matemáticas en que se basa hoy la criptografía. Ante la eventualidad de que una herramienta así caiga en manos de las mafias que operan robando datos en la Red, la ciencia necesita adelantarse al desafío y cree saber cómo hacerlo: con una ración de su misma medicina cuántica.

La solución consiste en una nueva criptografía infranqueable que generará las claves no mediante matemáticas más o menos ingeniosas, sino aprovechando las propiedades cuánticas de las partículas elementales, como los fotones, las partículas de la luz. Una de ellas es que un fotón no puede ser interceptado y copiado sin alterarlo (por el denominado principio de incertidumbre, que Heisenberg formuló en 1927). Así, la seguridad estaría garantizada por un principio absoluto de la física. A este campo se le llama criptografía cuántica y puede abrir camino a aplicaciones como las elecciones por Internet o las tarjetas de crédito que no puedan ser duplicadas. En Suiza, se utilizó el pasado octubre para proteger el recuento de las elecciones en Ginebra.

Para avanzar en la criptografía cuántica, la Agencia Europea del Espacio (ESA) acaba de adjudicar a un consorcio mayoritariamente español la construcción de un "transceptor [emisor-receptor] cuántico", un aparato transmisor y receptor (como los walkie-talkies) de fotones encriptados. El proyecto, con un presupuesto de 600.000 euros, durará hasta 2010. De él tendrá que salir un prototipo seguro capaz de funcionar desde la Estación Espacial Internacional (ISS), y que volaría a ella quizás en 2015.

El diseño del aparato para cumplir con su función de emitir y recibir claves cifradas recae en el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de Barcelona y en el Grupo de Comunicaciones Ópticas y Cuánticas de la Universidad Politécnica de Valencia. El jefe de este último, el catedrático José Capmany, explica a EL PAÍS que "es la técnica más segura para cifrar información en el espacio, porque si tratas de saber qué información lleva el fotón, la destruyes". El físico Valerio Pruneri, italiano afincado en Barcelona y jefe de grupo en el ICFO, muestra cómo se encriptan los mensajes con esta tecnología: "Cada fotón es una partícula de luz y lo polarizamos vertical, horizontal o diagonalmente, aplicándole un filtro como hacen las gafas de sol con los rayos solares. Las polarizaciones son complementarias y si alguien espía, el tráfico de fotones las modifica, y el emisor y receptor se dan cuenta de los cambios".

Este fenómeno sólo ocurre en el universo microscópico: si interceptamos una carta, podemos leerla y cerrarla a continuación, evitando dejar señales visibles. Pero los fotones y las partículas que componen la misiva cuántica quedan irremisiblemente trastocados en su polarización desde el momento en que alguien los detecta y observa. Es imposible hacerlo en secreto.

"Éste es el proyecto más complejo con que nos hemos encontrado", subraya Francisco Gutiérrez, director de innovación de la empresa Alter Technology Group, coordinadora del proyecto y encargada de conseguir un sistema que funcione en las duras condiciones de la órbita en la que vuela la ISS (350-460 kilómetros sobre la superficie terrestre). El transceptor consiste en un láser de fotones muy delicado, "en el que desviaciones mayores de una micra en la posición de sus componentes pueden provocar que se desalinee y no funcione". Dos empresas españolas (Lidax y Emxys) desarrollarán los sistemas térmicos y electrónicos para ello.

"La seguridad en las comunicaciones espaciales es un aspecto que, dada la situación socio-política actual, está adquiriendo cada vez más importancia, y estamos investigando técnicas para proteger el acceso a un satélite y a los datos provenientes de los instrumentos de a bordo", afirma Josep Maria Perdigues, responsable técnico de los estudios sobre comunicación cuántica de la ESA. Destaca Perdigues que la construcción del transceptor se enmarca en un ambicioso experimento llamado Space Quest, pionero en el mundo, y que "consiste en demostrar la viabilidad de distribuir fotones individuales desde la ISS a receptores terrestres -telescopios- para validar principios fundamentales de la física cuántica".

martes, 6 de mayo de 2008

El último viaje del coloso


Burbujeante, sin sentido ni direcciòn, la vida espera tus pasos. (Abel Desestress)

Un reguero de sangre manchaba el asfalto. Brotaba de la cola de un monstruo de 20 metros y 43 toneladas. Una ballena tan grande que no cabía en el camión de transporte de vigas que la llevaba a despiezar. La cola, de cuatro metros, barría la calzada. En el mar, el animal podía nadar hasta 300 kilómetros al día; su último viaje será por tierra: tardará un año en recorrer los 600 kilómetros que separan Marbella de Madrid.

El cetáceo, una hembra de 45 años de rorcual común, varó en la playa marbellí de Cortijo Blanco el pasado 5 de febrero. Los esfuerzos de los veterinarios del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas por mantenerla viva fueron inútiles; resistió cinco horas. Su valor científico desaconsejó hundirla mar adentro. Para alejar el olor a muerte de la playa, 30 trabajadores trasladaron el cadáver a un vertedero cercano. Tardaron 12 horas.

La Junta de Andalucía utilizó ese tiempo para poner fin al despiece administrativo que las instituciones científicas habían comenzado, hipnotizadas por la perspectiva de apropiarse de parte del rorcual más grande recuperado en España. Barcelona quería las mandíbulas, Granada el corazón. Tras estudiar el caso, la Junta decidió ceder el esqueleto íntegro al Centro Superior de Investigaciones Científicas, que lo destinó al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

En la planta de reciclaje, con los cuchillos y los ganchos afilados, esperaba María Ángeles Prieto. La flanqueaba su ejército de 10 atuneros, contratado por su pericia como descarnadores. Cuando vieron llegar al animal no podían creérselo. "Tan grande que parecía que nos iba a tragar a todos".

Durante dos días trabajaron cubiertos en sangre. Levantaron la piel, traspasaron una capa de grasa con el espesor de un colchón, "y más dura que la madera". Laminaron la carne y limpiaron los huesos hasta reducir el monstruo a un pingajo sanguinolento. Ahora, tres meses después, María Ángeles espera en su taller de Valencina de la Concepción (Sevilla) la llegada del esqueleto, que continúa sumergido en agua en la Estación Biológica de Huelva, el único lugar acondicionado para que el monstruo macere tranquilo. Mientras aguarda, la conservadora se entretiene ensamblando para el Parque de las Ciencias de Granada la osamenta de otro rorcual, cinco metros menor, que murió en septiembre en las playas de Tarifa.

domingo, 4 de mayo de 2008

Spam, la guerra de los 30 años


Abro el email y siempre es lo mismo. Ni idea de cómo diablos han podido llegar hasta mi buzón decenas de mensajes en chino; ni idea de quién ha podido pensar en algún momento que yo necesito revitalizantes sexuales o sofisticados artilugios para aumentar ciertos tamaños corporales. Ni idea. Me escriben políticos africanos en el exilio que dicen tener cuentas millonarias bloqueadas en el extranjero, y me ofrecen grandes sumas de dinero a cambio de... mis datos bancarios. Ja! No pico, aunque sé de buena tinta que hay quien sí lo hace.
Llueven las ofertas de ordenadores casi gratis, de medicamentos milagro, de empleos fáciles y con sueldos millonarios, de remedios caseros para casi todo, de viajes en cualquier época del año... Un momento! Una carta del banco. Y me pide que renueve y reenvíe todos los datos y claves de mis cuentas por «motivos de seguridad». Si no fuera por la manera en que está redactada («rogamos postee brevemente los datos si no quiere estar en un gran peligro...») parecería de verdad.
Troyanos
Pero no es eso lo peor. A veces noto que el ordenador va lento (más de lo habitual) y me entra la duda de si alguna oscura organización del crimen internacional lo habrá convertido en un «zombie», como ya han hecho con cerca del 5% de todos los ordenadores españoles. Ya saben: uno abre un correo aparentemente inocente, o una página web, o un blog, y aunque en apariencia no ocurre nada, en realidad el ordenador queda infectado con un pequeño programa (un «troyano», que interfiere las comunicaciones y obliga a nuestro PC a reenviar el mismo mensaje a toda nuestra lista de contactos, expandiendo así el número de ordenadores «cautivos».
Todo esto, y algunas cosas más, es lo que hoy conocemos como spam. Contra él se libra la que quizá sea la mayor guerra electrónica de la actualidad. Una guerra que, por cierto, se está perdiendo.
Todo comenzó hoy hace exactamente 30 años, cuando un vendedor llamado Gary Thuerk, que trabajaba en la ya desaparecida empresa de informática Digital Equipment Corporation, envió el mismo correo electrónico a 393 usuarios de Arpanet, la red original de ordenadores del gobierno norteamericano que con el tiempo se extendería por todo el mundo, convertida en internet.
Ese fue, que se sepa, el primer spam jamás enviado. El mensaje, que fue redactado y mandado el 3 de mayo de 1978, no fue bien recibido. Muchos de los receptores, indignados, se quejaron directamente a Thuerk, que ni siquiera había intentado ocultar su identidad, y su empresa fue severamente amonestada por los administradores de Arpanet.
Pero ese email fue sólo un aviso de lo que estaba por llegar. Hoy, entre el 80 y el 90 por ciento de todos los correos electrónicos que se envían en el mundo (120.000 millones de mensajes diarios) son spam. Y de ellos vive y depende una actividad económica global que mueve decenas de miles de millones de euros cada año.
En blogs y móviles
Los «spammers» de hoy no sólo tienen el email como objetivo, sino que apuntan también a las páginas web, a los blogs, a las redes sociales y a los teléfonos móviles. En el transcurso de una confrontación de la que no se ve el final, decenas de miles de expertos de miles de empresas en todo el mundo luchan contra el correo no deseado en un intento (por ahora vano) de eliminar la basura de la red global de comunicaciones. «Spammers» y «antispammers» parecen enzarzados en una auténtica carrera armamentista de la que nadie, por ahora, es capaz de predecir el resultado.
Pero el correo basura no se hizo famoso mundialmente hasta 1994, cuando dos abogados de Arizona, Laurence A. Canter y Martha S. Siegel, enviaron un mensaje publicitario, ofreciendo sus servicios como expertos en inmigración, a 6.000 grupos de usuarios de Usenet al mimso tiempo. Los dos abogados llegaron a escribir varios libros explicando cómo había que hacer spam. Algo que ayudó mucho a otros «spammers» noveles.
Sin embargo, toda aquella primera oleada de «spammers» se encontró con la molestia de tener sus propios buzones de correo llenos con las protestas airadas de los receptores de sus mensajes. Aparte del hecho de que muchas de sus cuentas fueron suspendidas por sus ISP (Proveedores de Acceso a Internet). Así que aprendieron a ocultar sus identidades y localizaciones y el «spamming» se hizo subterráneo.
El precio del spam
Surgieron los primeros programas «antispam», pero por cada nueva arma defensiva que nace, aparece otra ofensiva más potente y sofisticada. Y con una clara ventaja para los «spammers»: los costes a los que tienen que hacer frente los atacantes son siempre muy bajos, mientras que los ISP y sus clientes pagan un precio muy elevado en programas de detección y filtrado de mensajes y en consumo inútil del ancho de banda disponible. Se ha estimado que el mundo gasta cada año 140.000 millones de dólares en interceptar y filtrar los mensajes de spam.
Hoy, las principales redes emisoras de spam están controladas por grupos de delincuencia internacional, lo que requiere un esfuerzo extra para conseguir una defensa efectiva, ya que es necesario coordinarla en numerosos países al mismo tiempo. Mientras, «ellos» han ampliado su campo de acción a terrenos que hasta hace poco se consideraban seguros. Páginas web, redes sociales, blogs, telefonía móvil... ya nadie está seguro.
Acabo de recibir otro mensaje en mi mail: «¿Está harto del spam? -dice-. ¿Recibe cientos de mensajes que no desea? ¿Cree que su ordenador no está seguro? Si es así, pinche aquí». Por supuesto, no lo hago. No es más que otro mensaje más de spam...